miércoles, febrero 28, 2007

Los viejitos

Acabo de pasar la tarde en la calle haciendo trámites. Por cierto, nada hay mas odioso que eso; pero, como siempre, hay cosas dignas de ser rescatadas, así que me voy a permitir transmitir lo que atesoré de esta tarde.
Resulta que alrededor de las 14hs me encontraba caminando por Angel Gallardo y Vera, como habitualmente en el limbo total, pero en un momento se me ocurrió bajar de la estratófera y pude observar a mi izquierda a dos viejitos de largos ochenta acurrucados en el escalón de un porsche, cada uno con un bombón helado presto a ser devorado sin posibilidad de amnistía. En ese segundo que me quedé mirándolos la señora le dió un piquito al señor y, la verdad, es que hacía rato que no veía una situación que me despertara tanta ternura como esos dos viejitos queriéndose en un porsche, disfrutando de una cosa tan simple como un palito helado, como si fueran dos nenes con toda la vida por delante, llenos de inocencia y gozo y candor. Tan fuerte fue la sensación que me dió, que ahora que estoy escribiéndo sin poder describirla cabalmente se me hace que lo mas parecido a lo que sentí sería una especie de sana e irreprimible envidia.